Hay personas que son como un sol y se animan a dibujar un haz de luz en la vida de quienes padecen el sufrimiento de la soledad. Esta es la historia del Doctor Matías Najún y sus 120 voluntarios que trabajan  para hacer realidad un sueño único: cuidar a aquellas personas que se encuentran en el otoño de sus vidas.

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 “La primera condición para este trabajo no es el entrenamiento profesional sino un deseo profundo de estar cerca para ayudar a quienes están al final de sus vidas. Los enfermos terminales son personas en gran riesgo de marginación, existe mucha ignorancia sobre lo que hay que hacer y cómo ayudar a estas personas. La ignorancia genera miedo, distancia personal y deshumanización” (Dr. Matías Najún)

Personas con un Gran Sueño

Matías Najún es un médico de 41 años con el deseo muy profundo de acompañar con un calor humano incondicional a aquellas personas que se encuentran en el final de sus vidas, al fin de que puedan vivir con dignidad esos últimos momentos. Es por eso que con la ayuda de sus audaces compañeros de ruta, en el año 2009, fundó el Hospice Buen Samaritano.

“No nos alcanza con el calmante justo, los tenemos que abrazar como un todo, y tenemos que abrazar a la persona, a su situación para poder ayudarlos. Al dolor total el cuidado total que le propone el Hospice”

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Hospice Buen Samaritano

La pregunta que se hizo Matías fue: ¿Cómo poder ayudar a aquellas personas sin recursos económicos que se encuentran en la última etapa de una enfermedad  terminal?  Para cumplir este magno sueño decidió fundar una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es brindar gratuitamente un cuidado humanizado, integral y profesional a todos sus huéspedes. Lo que se busca en el Hospice Buen Samaritano es dar una respuesta concreta a aquellas personas que padecen la más intensa soledad, experimentando un gran sufrimiento y sin la contención ni los cuidados médicos necesarios que se merecen.

Explica el Dr. Matías:

“Cada familia que hemos recibido llegaba con un gran sufrimiento existencial y físico por las dificultades de su condición social y económica. En todos los casos la experiencia fue similar: se fueron del hogar agradecidos y satisfechos con lo recibido y con el alivio alcanzado”

¿Cómo se Lleva a cabo esta Misión?

Los profesionales que integran el Hodpice Buen samaritano tienen la delicadeza de otorgar a cada huésped un trato especial, comparten historias vividas, y sobre todo, buscan que cada persona se sienta única  y amada. Matías nos enseña algo fundamental para poder materializar esta odisea… Si una persona que padece una enfermedad terminal, eso no significa que no se puede hacer nada, sino por el contrario, se abre una puerta para reconciliarse, hablar de lo que no se pudo hablar antes, reencontrarse con otros y llevar a cabo tareas pendientes. Luego de comprender esta idea, se hace posible brindar a cada huésped los cuidados paliativos y compasivos que buscan mejorar la calidad de vida: aliviar los síntomas y apoyar tanto al paciente como a su familia para que ese tránsito hacia el final sea menos doloroso en lo físico y más pleno en lo emocional.

Un Equipo de PrimerHospice edit 2a

Para recibir a los huéspedes en un clima de calidez y alegría, el Hospice Buen Samaritano cuenta con un equipo de 120 voluntarios que brindan a cada persona el cuidado y la contención necesaria. Quienes colaboran con el HBS se focalizan en tres aspectos fundamentales para llevar a cabo su objetivo: el aspecto físico, espiritual y psicológico tanto de la persona enferma como de su familia. ¿El resultado? Desde el año 2009, el HBS ha recibido con los brazos abiertos a más de 250 huéspedes con enfermedades terminales. Por eso, nada mejor que  terminar esta breve nota con una historia “viva” que demuestre la ternura y regocijo que se experimenta en el hogar: la experiencia de Mario.

Gran parte del espíritu que se vive en el Hospice lo pone el voluntario. Gente común que lleva su generosidad, tres o cuatro horas por semana en distintos lugares: lavadero, ayudar en la cocina, ayudar a las enfermeras, contención, momento pastoral. Esto no es   un emprendimiento sanitario, es un emprendimiento comunitario. Es la comunidad que cuida a una persona con profesionales

El Día en que Mario conoció el Hospice

No hace mucho tiempo atrás, el señor Mario de 31 años de edad, se encontraba en el Hospital de Clínicas padeciendo un cáncer Hospice edit 4avanzado que poco a poco apagaba su vida.  Tal era así que ni siquiera podía mover las piernas y sentía dolores contantes que no lo dejaban en paz. No obstante, no quería despedirse del mundo sin cumplir su sueño: pasar la última Navidad con su esposa e hijos pequeños.

Un día inesperado, al encuentro de él llegó Matías Najún, quien le hizo una pregunta inesperada:

“¿Te gustaría pasar Nochebuena con tu familia?”, a lo que Mario respondió, ¿Y dónde? si no tengo ni plata. Sin dudarlo, el Dr. Matías le hizo una invitación que cambiaría su vida: ¿Qué te parece un asado en una quinta espectacular de Pilar?

Así fue como Mario fue trasladado al Hospice Buen Samaritano, lugar en el que se recuperó rápidamente de sus dolores, recibiendo la ternura y el cariño de las personas del hogar, y como si fuese poco, el apoyo de incondicional de su querida familia. Semanas después, su sueño se hizo realidad, disfrutó de una noche mágica en compañía de los suyos, con canciones, rezos y alegrías. Mario pasó sus últimos días en el Hogar sumido de felicidad y fe en Dios.

“Gracias a Aquel que nos abre los ojos y nos enseña a entregarnos por los demás…Gracias Jesús, Buen Samaritano, Maestro y Señor” (Dr. Matías Najún)