“Para saber a dónde vamos, es necesario saber de dónde venimos”. En esta época de Semana Santa que recientemente acabamos de celebrar, es importante que los cristianos sepamos reconocer la importancia de estas fiestas que recuerda que vana seria la Fe si Jesús no hubiera resucitado. Esa entrega de amor invita a seguir su ejemplo que nos introduce al camino de la felicidad, el fin último de nuestra existencia. Es por esta razón que en este artículo he querido profundizar sobre este misterio de Fe que vivimos como cristianos, especialmente en mi país natal de Guatemala.

DSC_0563 (2)Es un gran poder presentarles las diversas formas en que se celebra esta época tan solemne entre los cristianos a través de los colores, rituales y actos de fe que las personas realizan para expresar su devoción cristiana que a su vez, reflejan la importancia de la vida y la familia. En mi país, los actos de piedad se viven de una manera impresionante, transmitida a través de las procesiones, alfombras de aserrín (madera teñida de colores) e imágenes consagradas por la Iglesia Católica.

DSC_0562 (2)Durante siglos en Guatemala, esta celebración ha cobrado gran importancia y cada año tiene un mayor auge y seguimiento por parte de personas locales y turistas que se sienten atraídos por la cultura y la riqueza de tradición que inundan las calles de mi país. Si bien las celebraciones religiosas tienen gran importancia para la población y en la mayoría de ellas se reúnen grandes cantidades de feligreses, es la Semana Santa la época en donde se puede observar como la creación entera se une para tener presente a Dios y agradecerle por su sacrificio de amor.

Durante esta semana, pareciera que el caminar del reloj es más lento y con su andar va marcando el paso fúnebre que anuncia el sacrificio del redentor. Las calles se tornan de un color morado en donde la jacaranda (flor morada de la estación) decide vestirse al igual que los cucuruchos (devotos cargadores de procesiones) del color que recuerdan la época de penitencia y reflexión.

Las procesiones reflejan la tradición guatemalteca y la creencia cristiana, es por ello que se adornan las calles con alfombras de aserrín como ofrenda de amor hacia Dios con el fin de reconocer que por ese lugar una persona importante pasara. El anda procesional (mueble de madera que porta la imagen de Jesús) cargada en hombros por hombres devotos, es llevada simulando el caminar que Jesús tuvo durante la pasión.

Esta tradición es un momento de unión entre las familias, DSC_0134 (2)sacrificios y penitencias en que miles de personas acompañan el recorrido procesional para acompañar la imagen de Jesús en el anda, convirtiéndose en discípulos obedientes caminando durante un aproximado de 18hrs. continuas. Ello representa no un simple caminar sino una conversión interior en que los cargadores reflexionan sobre su vida y su relación con el mismo Jesús-llevan su caminar físico a un caminar espiritual y la tradición permite una conversión interior de quienes viven devotamente las procesiones. A través de las procesiones miles de cucuruchos son quienes se acercan y deciden ser protagonistas al llevar en hombros las andas que portan la imagen, en ocasiones llevada por más de 100 hombres al mismo tiempo que se turnan con otros cucuruchos, cuadra tras cuadra, alcanzando a un total de 18,000 cucuruchos por procesión en la ciudad de Guatemala.

Personas se acercan a las calles con actitud de arrepentimiento para encontrarse un año más con la imagen de Jesús que les recuerda que existe un Dios que los ama. El silencio invade las calles y el sonido de la chirimía (instrumento de viento) junto al tambor, nos recuerdan que pronto hará paso la procesión.

A lo lejos se observa las imágenes llevadas en hombros por cucuruchos que mueven el anda para simular el caminar lento y doloroso de Jesús hacia el calvario con la Cruz a cuestas. Dentro de ese cuadro de Fe se logra observar un elemento de tradición. Acompañando a la imagen consagrada de pasión se encuentran hombres que llevan en sus brazos a sus hijos, introduciéndolos a este legado de amor que aunque no entienden por su corta edad, ya pueden sentir en el ambiente que algo distinto está pasando. Así como estos hombres son acompañados de sus hijos, ellos también en algún momento estuvieron en los brazos de su padre que les fue enseñando a lo largo de su vida, el valor que tiene para la Iglesia católica estas imágenes de pasión.

DSC_0644 (2)La pregunta es: ¿Qué será ese valor tan importante que tienen las procesiones y tradiciones de Guatemala para la familia? Conociendo un poco más sobre estas familias que viven con devoción la semana santa del país, se puede observar que el amor a Dios y a su sacrificio los lleva al mismo camino: la felicidad y la plenitud de su Fe. San Agustín decía la siguiente frase: “creo para entender y entiendo para creer”. Una gran cantidad de niños desde su infancia son llevados a este tipo de cortejos y tradiciones donde muchas veces no tienen conciencia de que esta sucediendo, lo único que pueden percibir es que algo cambia en el ambiente. Existe un silencio que es roto únicamente por el sonido de las marchas fúnebres (pieza musical) que van acompañando la procesión.

Esa semilla pronto germinará en el corazón de estos pequeños y mientras crecen, van siendo participes deDSC_0645 (2) más actividades religiosas que les hace descubrir el valor del respeto; valores que siempre deben ir de la mano de todo devoto cargador de procesión. Este respeto que inicia por el amor a Dios se transmite al prójimo que acompaña las actividades de la época.  Si bien se puede observar que todo comienza por una tradición, esta actividad humana que pudiera ser como cualquier otra tradición lleva a la persona al encuentro directo con su creador desde el inicio de su conciencia, lo cual lo hace vivir una vida de Fe para entender el valor de la vida misma.

Este punto nos lleva a uno de los principios fundamentales del ser humano, que es el respeto a la vida, en donde aceptar este sacrificio de amor hecho por Jesús, es aceptar también que lo hizo por cada uno de nosotros, sin excepción. La Semana Santa en Guatemala, nos ayuda a reconocer que toda vida es valiosa, y por lo tanto, Amar a Dios sobre todas las cosas y a tu Prójimo como a ti mismo, sin ellos el sacrificio hecho por Jesús y el respeto a la vida no tendrían valor alguno. De esta manera, la Semana Santa no es un feriado más, es el recuerdo de lo que es el Amor y el Valor de la vida misma.

“Para llevar a cabo la nueva evangelización en Latinoamérica, dentro de un proceso que impregne todo el ser y quehacer del cristiano, no se pueden dejar de lado las múltiples demostraciones de la piedad popular. Todas ellas, bien encauzadas y debidamente acompañadas, propician un fructífero encuentro con Dios, una intensa veneración del Santísimo Sacramento, una entrañable devoción a la Virgen María, un cultivo del afecto al Sucesor de Pedro y una toma de conciencia de pertenencia a la Iglesia”.  (Benedicto XVI)