Uno de mis pasatiempos favoritos, aparte de leer ¡obviamente!, es ver películas. Soy una cinéfila de corazón. Siempre estoy pendiente de los estrenos y me encantan las movies con buena dirección de arte, fotografía y mensajes inspiradores. Aunque muchas veces Hollywood nos presenta guiones frívolos y superficiales, de vez en cuando aparece una que otra que se sale de la línea (eso sí, nunca tan mediáticas y populares como Las 50 sombras del Wey).

Hace unas semanas, por recomendación de un amigo, fue el turno de St. Vincent (protagonizada por  Bill Murray, Jaeden Lieberher, Melissa McCarthy y Naomi Watts). En esencia, la trama cuenta la historia de Vincent McKenna (Murray), un veterano gruñón con problemas de alcohol, apuestas y juegos de azar, quien acepta hacerse cargo de su nuevo vecino Oliver (Lieberher), hijo de la recien divorciada Maggie Bronstein (McCarthy), con tal de ganarse unos cuantos centavos. Las actividades en las que McKenna normalmente se desenvuelve (hangear con prostitutas (Watts), fumar, apostar en las carreras de caballos, ir al bar a emborracharse o simplemente decir palabras y frases no aptas para menores) no son del agrado del papá de Oliver, y eventualmente le causa varios dolores de cabeza a Maggie. Ella, quien no tiene muchas alternativas porque necesita trabajar y no tiene con quien dejar a su hijo, sufre continuamente los desaciertos de su vecino.

st.vincent

JAEDEN LIEBERHER and BILL MURRAY star in ST. VINCENT

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La historia da un giro cuando surge una inesperada amistad entre Vincent y Oliver. A pesar de que los demás adultos alrededor (especialmente sus papás) consideran que el viejo cascarrabias es una mala influencia para el pequeño, él termina por sorprenderlos a todos con una perspectiva bastante conmovedora de como percibe a su nuevo amigo.

Aunque, a mi criterio, el concepto de santidad que maneja la película al final no es del todo atinado, creo que la misma es bastante real y humana. Sin lugar a dudas es una pieza que nos permite reflexionar en torno a los matices de la conducta humana y a ahondar un poco más sobre la complejidad de las personas.

¿6 cosas que aprendí de la película?

  1. Todos estamos recorriendo un camino complicado, practicar actos de amabilidad con quienes nos rodean no le cae mal a nadie.
  2. Todos los seres humanos necesitamos inspiración para florecer, ¡Nunca perdamos la oportunidad de inspirar a los demás y de inspirarnos a nosotros mismos también!
  3. Es necesario aprender ver más allá de lo evidente en cuanto a los demás, la superficie nunca es tan acertada como hacer prejuicios sobre las personas.
  4. Las amistades intergeneracionales son necesarias, bajo ninguna circunstancia el ser humano deja de aprender a lo largo de su vida.
  5. Nunca, ¡pero nunca!, subestimen la capacidad de un niño para hacer reír, sonreír o ablandar un corazón. Definitivamente estos seres son G E N I A L E S.
  6. No hay más santidad en el planeta que la de una madre <3

¡Les recomiendo verla!,  la pueden encontrar en Netflix 😉

ST. VINCENT (2014) (L-R) MELISSA McCARTHY, JAEDEN LIEBERHER and NAOMI WATTS