El pasado 9 de julio, se conmemoró uno de los días más importantes de toda la historia argentina.
El 9 de julio de 1816 -hace ya más de 200 años-, el Congreso Constituyente de Tucumán, presidido por Francisco Narciso de Laprida, declara la independencia nacional ante la Corona Española, surgiendo de ese modo las Provincias Unidas del Río de La Plata. Estas provincias, tras múltiples idas y vueltas, darían origen a la actual República Argentina como la conocemos hoy.
En este día tan importante es imposible no rememorar con orgullo el esfuerzo de aquellos quienes lucharon por la determinación nacional del pueblo argentino y mirar hacia nuestra soberanía sobre nuestro territorio continental con optimismo e ilusión.
No obstante, al día de hoy -en la plenitud del año 2023- son muchos los problemas a afrontar por la Argentina independiente y aún más las dudas sin aparente respuesta.
Uno de dichos problemas (que es el que nos concierne más ahora) es que, como bien lo afirmaba Juan Bautista Alberdi, la Argentina después de ser máquina del fisco español, pasó a serlo de su propio fisco y, con ello, de ser colonia de España a ser colonia de sus propios gobiernos patrios.
Así, la Argentina pese a declarar su soberanía territorial y legal formal de la Metrópoli Española, aún al día de hoy sigue dependiente y sujeta a lo que sus propias ideologías y gobiernos dicten. Siendo ultrajada y maniatada a los interes ya sea de funcionarios codiciosos en busca de poder o de empresas y sectores poderosos multinacionales que, bajo agendas aparentemente “progresistas” como el aborto o los derechos LGBT+, pretenden instalar un nuevo patrón global de conocimiento y comercio; por el cual terminar socavando el poder del Estado para conducir a nuestra nación hacia un horizonte de desarrollo.
Todo esto, con la mirada puesta en el 2023 y el futuro que nos depara, nos obliga a vernos a nosotros mismos, atados de pies y manos, sin posibilidad de resistir ante el pseudo- “progresismo” impulsado por organismos que nos tienen a mal traer -v.gr. Fondo Monetario Internacional, la Organización de las Naciones Unidas e International Planned Parenthood Federation y obligados a vender nuestro futuro como “independientes” para sobrevivir.
Es un panorama, cuanto menos, desolador. Sin embargo, no está todo perdido, y el día de la independencia resulta una pieza importante para intentar torcer nuestra suerte.
Recordar este día nos ayuda a completar el primer paso en la búsqueda de mejorar las cosas: comprender nuestra situación de vulnerabilidad y, siguiendo el ejemplo de quienes batallaron por la patria, empezar a tomar acción ante el avance de las agendas y agentes que nos arrebatan el futuro.
Por ello y mucho más es que, ahora más que nunca, debemos alzar nuestras voces y esgrimir a los cuatro vientos el grito de: “Viva la Patria” pues solo así, nos aseguraremos de preservarla y mejorarla.
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