¿No son las universidades lugares abiertos a la diversidad de pensamiento, al debate y a la búsqueda libre de nuevos conocimientos?

La Comisión Americana de Derechos Humanos tiene todo un informe sobre la libertad académica, en pro de la libertad de expresión y otros derechos que protege, anunciando en su preámbulo que la misma favorece el pluralismo de ideas, el desarrollo humano, la democracia, entre otros beneficios para la sociedad, “por lo que los obstáculos frente a esta aplazan el avance del conocimiento, socavan el debate público y reducen los espacios democráticos”. Y justamente eso es lo que se ha hecho a finales del mes de abril de 2023 con la censura que se le hizo al politólogo Agustín Laje por parte de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia.

El autor argentino tenía prevista una conferencia para el pasado 27 de abril en dicha universidad, pero dado que grupos de la llamada comunidad LGBT manifestaron su desacuerdo, por lo que se sabe, porque lo consideraban una ofensa, el evento fue cancelado a menos de 2 días antes de llevarse a cabo. La universidad cedió ante la presión de un grupo de personas con ideas específicas para evitar que llegaran ideas diferentes a las de la sociedad posmoderna que parece ganar popularidad. Es decir, ante las opiniones discordantes, mejor mandar a callar antes que escuchar.

No obstante, es justamente en esos espacios académicos de educación superior que se deben prestar momentos para este tipo de debates políticos e ideológicos, para fortalecer el pensamiento crítico y la diversidad. Agustín Laje es conocido por su discurso crítico frente a la creciente ideologización que está llevando a cabo el lobby progresista en el mundo, y es entendible que personas con esa corriente de pensamiento se sientan amenazadas por alguien que puede argumentar en su contra con información coherente. Sin embargo, esta era una buena oportunidad para entender otra perspectiva y generar una conversación que represente una verdadera tolerancia. Así que recurrir a la cancelación del evento, y más sin justificación, es un acto decepcionante que deja mucho que desear de una institución tan reconocida.

Al respecto, el mismo Laje hizo un video en su canal de YouTube, donde habla de esta censura y además menciona datos sugerentes de la universidad que tienen que ver con el financiamiento que recibe de organizaciones que apoyan el lobby progresista. Es lamentable que una institución de educación superior se preste para este tipo de acciones, y nos deja reflexionando sobre cómo se está perdiendo la verdadera diversidad de pensamiento a costa de los que se hacen llamar “diversos”.