En los últimos años viene ocurriendo una persecución contra la Iglesia Católica por parte del régimen sandinista, liderado por Daniel Ortega.

La situación en Nicaragua en varias ocasiones es opacada por lo que se vive en países como Cuba o Venezuela sin embargo, en Nicaragua también se vive una dictadura que viola sistemáticamente los derechos de sus ciudadanos y cuya oposición se encuentra en la cárcel o el exilio.

Las relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno nicaragüense empeoraron tras la crisis social del 2018, cuando los obispos de Nicaragua actuaron como mediadores de un diálogo nacional y refugiaron en las iglesias a quienes protestaban en contra del régimen.

Los sacerdotes que han sido recientemente arrestados se encuentran acusados como “terroristas” por denunciar públicamente los abusos del gobierno. Entre algunas de las acciones que el régimen de Daniel Ortega ha tomado contra la iglesia católica se encuentran:

  • La expulsión de las misioneras de la caridad de Nicaragua
  • Asedio a iglesias y cierre de emisoras de radio católicas
  • Prohibición de procesiones y vigilias
  • Arresto y exilio de sacerdotes y laicos que van en contra del gobierno

La persecución a la Iglesia ha sido condenada por las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe. Países como México, Ecuador, Panamá, Costa Rica entre otros mandan comunicados condenando las acciones realizadas en Nicaragua hacia los sacerdotes y sus iglesias. 

Volvemos a tiempos oscuros, volvemos a presenciar una persecución hacia los católicos, personas que buscan un mejor país y se oponen contra un gobierno que promueve ideologías contrarias a los ideales por los que nos movemos. Destruyen iglesias, arrestan sacerdotes, botan congregaciones enteras fuera de Nicaragua y son reconocidos por el estado como enemigos públicos de la Iglesia. No nos quedaremos callados, no retrocederemos.