El pasado 10 de diciembre se celebró el día internacional de los derechos humanos. En esta fecha en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas dio pie a la Declaración de los Derechos Humanos. Este documento fue decisivo para que se plasmaran y reconocieran, después de años de guerra y terror en el mundo, los derechos inalienables de todas las personas. Teniendo en cuenta que diciembre es un mes importante por la Navidad, vale la pena reflexionar entre este acontecimiento y el logro, hace casi 75 años, de una visión universal de los derechos.

Debe ser una cuestión para resaltar que en la misma época en la que se celebra el nacimiento de Jesús, al menos en la cultura occidental, también se conmemora el reconocimiento del valor de los seres humanos sin importar su condición. Fue precisamente el mensaje de amor para todos sin excepción lo que representa Cristo al dar su vida por toda la creación humana. Esa extensión de una promesa de salvación a toda criatura sin distinción de lengua, raza y nación se recalca en porciones proféticas de la doctrina cristiana.

Por un lado, hay que decir que el cristianismo, en sus diferentes variaciones y denominaciones, ha influido a lo largo de la historia en propender por una sociedad en la que el ser humano tiene una posición de mucho valor. No es casualidad que en el libro de Génesis, Dios se refiera al hombre, hablando de su dignidad, como imagen y semejanza de él, y que ésta misma promesa se vea reflejada en la figura de Cristo cuando decide entregar su vida por amor a su prójimo. Esta historia, plasmada en la biblia, el libro más vendido de la historia, ha repercutido en las bases filosóficas, no solo de las iglesias sino de las instituciones y sistemas de leyes en el mundo. Por ejemplo, la DUDH habla de salvaguardar la dignidad humana desde el preámbulo de la carta y el artículo 1.

Por otra parte, el hecho de no pasar por desapercibida esta realidad, debería ser un motivo para darle mayor trascendencia a la época decembrina, verla como un tiempo de conmemoración de la venida de Jesucristo, pero a la vez profundizar el amplio significado detrás de ello. Se trató de una victoria en pro del valor que se merecen todos por ser creación divina y merecedores de gracia y misericordia, lo que nos recuerda la historia cristiana de la Navidad. Así, sería una contradicción que se celebrara la llegada de un salvador que vino a recordar el valor por la vida humana y que a la vez se apoyara el aborto, el suicidio asistido o las conductas de muerte.

Finalmente, es importante resaltar que la DUDH reconoce la importancia de cualquier persona, no importa en qué situación  se encuentre y eso incluye a los más desfavorecidos. La imagen humilde del Jesús del pesebre quien crecería y empezaría un ministerio en la tierra sanando y liberando a los más indefensos y oprimidos, es una lección de amor y compasión admirable. Jesús significa ejemplo de amor al niño, al anciano, al extranjero, a la viuda, al pobre y al indefenso. Qué gran lección para nuestras sociedades y cuántas razones acumuladas para recordar en Navidad.

 

Referencias

Naciones Unidas (2022). Día de los derechos humanos 10 de diciembre. Tomado de: https://www.un.org/es/observances/human-rights-day

Naciones Unidas (2022). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tomado de: https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights#:~:text=Elaborada%20por%20representantes%20de%20todas,todos%20los%20pueblos%20y%20naciones.