Actualmente con la llegada al poder de un mandatario de izquierda a Colombia son muchos los sistemas que se han encontrado en discusión de grandes cambios estructurales, los cuales buscan un supuesto bienestar universal e igualitario para los ciudadanos.
Entre esos cambios, en las últimas semanas se ha dado la discusión sobre una reforma a la salud en la que pretenden cambiar el modo de operación del manejo de los recursos, entre otros cambios planteados en el documento; hasta el momento el funcionamiento del sistema de salud es que existe un actor público el cual recibe el dinero y desembolsa en cada administradora de servicios de la salud privada (EPS), cabe aclarar, que estos recursos son auditados para la verificación de su correcto uso. Ahora, el cambio que quieren realizar es que todos los recursos entrantes sean administrados por el actor público y sean los mismos actores públicos los que auditen el correcto uso.
Retomo uno de los planteamientos más fuertes en oposición a este tipo de manejos estatales, a mayor control del gobierno, menos libertad individual y posiblemente mayor corrupción. Adicionalmente, el documento ha sido constantemente criticado por expertos en el tema por su insuficiencia, retomando a Michael R. Reich, experto en salud pública afirma que no hay claridad compartida públicamente del diagnóstico realizado para definir las problemáticas que pretenden solucionar con la reforma; igualmente el Ministro de Educación, Alejandro Gaviria, en una reunión de socialización del documento, compartió que el diagnóstico realizado insinúa que las problemáticas son por la administración y el punto de enfoque realmente es la inequidad.
Uno de los fuertes planteamientos en el proyecto de la reforma, es implementar Centros de Atención Primaria, los cuales funcionarían uno por cada 20.000 habitantes (aproximadamente uno en cada barrio). Lo que se pretende con eso, es que cada ciudadano tiene que ir por obligación al centro más cercano de acuerdo con el lugar donde vive o trabaje, sin embargo, para realizar esa acción se necesita la construcción de 2.500 centros y en el documento presentado y de acuerdo con consideraciones presentadas por varias asociaciones de salud, expertos en el tema, no hay claridad de dónde van a salir los recursos.
En consideración, pienso que no es un tema que se puede tomar a la ligera, es necesario responsabilizarse del conocimiento e información que se adquiere y evaluar todo lo que pretenderían realizar, segundo, una vez más la esencia de está reforma pretende colocar al Estado como un dios que tiene que suplir a todos por igual y la verdad no es esa, el Estado no es un dios, no se le puede entregar poder sobre todo porque desvirtúa la libertad individual y la economía libre. Tercero, desde el documento y con las revisiones anteriores realizadas a nivel estructural y de planeación, no creo razonable presentar un proyecto tan grande que afecta un derecho universal, como lo es la salud, con insuficiencias y líneas invisibles de la manera de ejecutar y evaluar una ley.