Actualmente existen muchos, pero M U C H O S, debates y discusiones sobre temas que giran en torno a la sexualidad de la mujer: su cuerpo, prácticas y costumbres – y NO estoy exagerando.

Por un lado tenemos a quienes quieren hacer de la “liberación” sexual de la mujer, una falsa bandera del empoderamiento femenino. Este tipo de personas difunden ideas que confunden tanto a niñas como a jóvenes y adultos. Equiparan la actitud “liberadora” de la mujer de poder hacer lo que quiera, como quiera, cuando quiera y con quien quiera, con el eterno papel que ha jugado el hombre en la sociedad (sí, el machismo que tanto repudiamos). “Queremos poder hacer lo que ellos han hecho por tanto tiempo sin que nadie nos juzgue”.

Por otro lado tenemos a quienes promueven, falsamente de igual forma, la idea de que la mujer es completamente responsable de la actitud de los hombres con respecto a ella. Esta idea es una verdad a medias, por lo tanto es una idea errónea. “No es correcto utilizar una falda tan corta, las hormonas masculinas seguramente se alborotan con tremenda inmoralidad”.

Y es que al final de la historia no es lo mismo ser modesta que puritana. Por lo mismo es indispensable que seamos claros frente al tema de la sexualidad femenina: el cuerpo, las prácticas y costumbres de cada mujer.

  1. Somos más que un cuerpo para ser visto. Esto aplica para hombres y mujeres; pero comprendiendo que la belleza femenina es cautivante no sólo para los hombres, es esencial poner este punto sobre la mesa.
  2. Si la modestia es un concepto que te atrae, es necesario cambiar el foco de atención de “cómo te miras” a “cómo te sientes por dentro”.
  3. La modestia tampoco es sobre los hombres o de su “incapacidad” de ver más allá del cuerpo femenino. No hagamos de la modestia algo tan superficial ni un tema “de hombres”. La modestia es femenina; es la capacidad de la mujer de poder expresar de manera externa, su interior.
  4. La modestia tampoco es una cualidad para ser “aceptada” socialmente por otras personas. El concepto de modestia puede ser sumamente poderoso, cuando creemos y comprendemos que el ser humano es trascendente en su capacidad espiritual, y corporal.
  5. El cuerpo no es un motivo de vergüenza, al contrario, es un signo y símbolo de verdad, unión, comunión y sobre todo de Amor.

 

Así que cuando vuelva a surgir un debate o discusión que haga referencia a la mujer, su sexualidad o su cuerpo, reflexionemos sobre nuestras posturas y argumentos ¿estamos siendo puritanos, modestos o simplemente reduciendo a la mujer a un objeto sexual sin límites?