Desde hace tiempo me he interesado en la bioética, y he visto cómo el concepto ha ido expandiéndose en distintos ambientes académicos y profesionales. Sin embargo, la bioética también se ha impregnado de corrientes relativistas e utilitaristas que no siempre defienden la dignidad humana.

Y tú, ¿sabes que es la bioética?

La bioética, les respondo, es la “ética de la vida”. La bioética es como si fuese o intentase ser la conciencia de la ciencia, que se esfuerza por regular, reflexionar y orientar las decisiones importantes de aspecto médico, científico y tecnológico, principalmente, en las cuales se ve involucrada la vida humana.

La conocí hace un buen tiempo ya, en el verano de 2013 cuando miles de jóvenes vivíamos la Jornada Mundial de la Juventud, en Rio de Janeiro.  Fue algo extraño pero lleno de curiosidad el recibir un pequeño manual de bioética, con temas clave y conceptos fáciles de entender; a partir de este momento me cautivó y cada día me esfuerzo por conocerla más.

En lo poco que he logrado investigar, he aprendido que la bioética es interdisciplinar, pues  incluye tanto a la medicina como a la genética, a la filosofía y al derecho, entre otras. La bioética, por esencia, involucra a todo el género humano poseedor de vida y de dignidad.

La vida es lo más valioso que tenemos, sin esa oportunidad de despertar cada mañana no seríamos lo que somos. La vida se nos ha dado y en cualquier momento se nos puede arrebatar, el problema es cuando nosotros mismos nos otorgamos cierta “supremacía y potestad” para actuar sobre vidas ajenas, ya sea para impedir que alguien  llegue a esta vida y se desarrolle como persona o para lograr que su vida termine lo antes posible y no de manera natural. Es verdad que en estos casos influyen aspectos sociales, económicos, familiares y personales, pero está claro que a nadie le gustaría que su vida se encontrara en alguna de estas situaciones en donde se violen sus derechos y su dignidad. Y si nosotros, que poseemos vida y dignidad, no nos preocupamos por resolver este tipo de dilemas, si no hay interés en nosotros por defender toda vida humana  ¿entonces quien lo hará? La bioética es para todos, como diría el título de un buen libro de padre Ramón Lucas Lucas.

La bioética es joven y en algunas décadas las problemáticas serán distintas. Los avances científicos y tecnológicos son grandiosos e importantes, pero debemos actuar con conciencia para que estas invenciones y descubrimientos no pisoteen  nuestra dignidad y nos roben nuestra humanidad, para que no sobrepasen el dominio del hombre a tal grado de tornarse peligrosas para la vida misma.

La Bioética está comenzando a ocupar espacios importantes de consulta y orientación. Hace poco se acaba de instalar el Comité de Bioética de la CDMX, y de igual forma existe la Comisión Nacional de Bioética, que ha sido un gran referente en el país. Es por ello importante posicionar los temas en defensa de la vida, en todas las etapas, en estos ámbitos para  lograr así un verdadero avance en la promoción del respeto a la dignidad humana.

Por: Luis Guillermo Flores Chávez.