En estos días, en la ciudad de Cancún, México, se está celebrando la 47 asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Dicha organización regional, según su carta fundamental, tiene diversos propósitos fundamentales, entre ellos, (i) Afianzar la paz y la seguridad del Continente; (ii) Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención; (iii) Prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros; (iv) Organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión; (v) Procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos; (vi) Promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural; (vii) Erradicar la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático de los pueblos del hemisferio, y (viii) Alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales que permita dedicar el mayor número de recursos al desarrollo económico y social de los Estados miembros. Sin embargo, pareciera que se está perdiendo de vista lo fundamental.

Tomando en consideración estos propósitos, el tema más relevante a tratar debiera ser el régimen dictatorial en Venezuela, y las graves violaciones a los derechos fundamentales que está sufriendo el pueblo, así como la destrucción de las instituciones democráticas en dicho país. A pesar de esto, existe otro tema que está acaparando los reflectores: la ideología de género.

¿Por qué la sexualidad es tan importante para la OEA? ¿Por qué la reasignación de género en personas transexuales son parte fundamental de la agenda, por encima de los asesinatos cometidos por el régimen venezolano? ¿Por qué los derechos de las trabajadoras sexuales son tan importantes, sobre la profunda problemática de pobreza en Venezuela? ¿Por qué es más importante permitir que una mujer aborte en Paraguay, que ayudar a que otra tenga un hijo sano, bien alimentado y libre en Venezuela?

Asimismo, no sólo estamos siendo testigos de cómo los principios de la OEA están siendo ignorados, sino que además es evidente cómo la soberanía de los Estados miembros está siendo violada. Se imponen ideologías de grupos minoritarios en algunos países a todos los demás, ignorando las necesidades reales de cada uno de ellos.

Analizando el caso de los anfitriones, los gobernantes de los Estados de la República Mexicana están tomando parte de la agenda de género aún contra las opiniones de sus ciudadanos, como el caso del Gobernador de Jalisco, el Sr. Aristóteles Sandoval, quien participó oficialmente en la Marcha Gay de la ciudad de Guadalajara. Es en este punto nos preguntamos, ¿en verdad resultan tan importantes en México los derechos sexuales, en lugar de las problemáticas de seguridad y democracia?

Y, el asunto no termina sólo en omitir los propósitos fundamentales de la OEA e imponer ideologías y propósitos que no corresponden a la realidad de los Estados miembros, sino que además se viola la libertad de expresión de los ciudadanos. En efecto, la oposición a estas perspectivas de género es señalada como característica de “grupos antiderechos”, y sectores “ultracatólicos” o “ultraconservadores”.

Finalmente, mientras la situación en Venezuela sigue subiendo de tono, la atención de los asistentes a la reunión de Estados Americanos está centrada en que una persona cambie su sexo en su licencia de conducir. ¿En verdad la OEA fue creada con esta finalidad? Pareciera que se está perdiendo de vista lo fundamental.