La sociedad mundial del siglo XXI habla de emancipación de la mujer, empoderamiento de la mujer, derechos de la mujer, el género femenino entre otros conceptos que se refieren a la lucha feminista, muchas de ellas sustentadas por ideologías relativistas. Por esta razón, es necesario hacer énfasis en los diferentes feminismos que se han desarrollado a lo largo de la historia, sin embargo en el presente articulo quiero hacer referencia a la segunda ola feminista de los años sesenta y setenta (el primer feminismo surgió por las mujeres sufragistas para exigir el derecho al voto), feminismo radical cuyas raíces provienen del feminismo marxista y el feminismo radical americano.

Este feminismo inició liderado por Simone de Beauvoir, exigía eliminar la distinción de los sexos, control de la reproducción por parte de la mujer (aborto), y la liberación sexual (derecho a tener relaciones sexuales con otros individuos sin importar edad, estado civil, incesto etc.). A partir de ese momento la maternidad fue vista como el enemigo número uno de la mujer y consecuentemente surge la revolución sexual y el número de divorcios y abortos aumenta.

Esto ha llevado a la actualidad a un desenfreno sexual, pornografía, venta de anticonceptivos a menores, embarazos en adolecentes, cultura hedonista que busca el máximo placer sin compromiso alguno entre parejas sexualmente activas y por lo tanto, a una sociedad en la que los valores morales no tienen cabida porque cada uno es libre de hacer lo que quiera, sin que las personas se den cuenta que mientras más “libres” son, más esclavos de sus vicios se vuelven. Este feminismo con todas sus raíces ideológicas tuvo repercusiones en el actual discurso de los organismos internacionales como la ONU y Unión Europea al desear centrar los temas de igualdad de la mujer en cuestiones sobre su sexualidad, dejando de lado temas mucho más esenciales como su participación en la esfera pública y la responsabilidad del Estado por brindar las necesidades básicas (salud, educación, trabajo).

De esta manera han surgido movimientos en favor de los derechos sexuales y reproductivos promoviendo la revolución sexual que solamente ha seguido beneficiando a los hombres, quitándoles toda responsabilidad sobre su paternidad y rol masculino en el hogar; las mujeres quisieron igualarse al hombre en lugar de complementarse mutuamente, negando su esencia misma de ser mujeres. La mayoría de mujeres no nos sentimos identificadas con los nuevos planteamientos de grupos feministas radicales, sino que buscamos una igualdad real, buscamos hacer compatible maternidad y trabajo, no ser discriminadas por ejercer el rol materno, incentivar la paternidad responsable.

El feminismo radical ha contribuido a que los hombres se sientan desvinculados con la igualdad de sexos, debido a que la revolución sexual solamente ha provocado que los hombres no adquieran ningún compromiso sobre el acto sexual, aumentando la discriminación y desigualdad femenina.

ee52d7ecd8834689e7ea85f6c4aa5c70Nuestras culturas no reconocen completamente la dignidad y el valor verdadero que tiene el ser mujer y sobre todo su esencia de la maternidad. La reproductividad (maternidad) y productividad (ámbito laboral) se encuentran separados, y la mujer es menospreciada por su vocación de madre lo cual ha llevado a la mujer a olvidarse de su rol materno para dedicarse a otras “prioridades”. Incluir a la mujer en la vida laboral no es sinónimo de que debe renunciar a su vida privada y ello, incluye la maternidad. El feminismo de los sesenta y setenta no cambiaron en nada la situación de discriminación femenina, la agraviaron. La mujer no necesita acceso al aborto, necesita educación, no necesita una revolución sexual sino compromiso por parte de los hombres, la mujer no necesita derechos sexuales, necesita que el Estado se haga responsable de brindar las necesidades básicas y de acceso a las instituciones de salud, no se necesita despenalizar el aborto sino mejorar el control materno, no se necesita control de natalidad sino mejores fuentes de ingreso para que las mujeres tengan mejores oportunidades de trabajo.

La revolución sexual ha menoscabado el verdadero valor de ser mujeres, y ello, se puede apreciar en la manera en que la moda, los accesorios y la publicidad han hecho de la mujer un icono/objeto sexual, poniéndola en 29bd776b53cca7c68202cb62f971e864peligro de no ser vista como persona sino como un objeto de placer sexual. Esto lo podemos ver a simple vista con las modas que se enfocan en hacer parecer a la mujer como una persona “libre” dueña de su propio cuerpo en lugar de reconocer su valor y mostrarla como lo que es o por lo menos, lo que debería ser, una dama. En este caso toda mujer debe evitar seguir las tendencias de la moda que menoscaban su dignidad, algunos estilos de ropa o la falta de ella más bien, llevan a que el hombre la vea como un objeto de placer pese a lo que movimientos feministas radicales puedan decir, “soy libre de vestirme como me plazca”. Sin embargo el vestir modestamente para la mujer ser respetada no solo recae en ello, sino en respetarse a sí misma y valorarse por lo que es, no por lo que lleve o no lleve puesto.

Por otro lado, el Derecho a Decidir por parte de la mujer misma es otro elemento que la denigra quitándole toda responsabilidad paterna al hombre. A consecuencia de ello, se han promovido anticonceptivos que conllevan a un rechazo del amor por el placer, a desligar el amor del acto sexual (el sexo se instrumentaliza, la mujer se vuelve el medio y el placer el fin). Juan Pablo II decía que cuando los esposos deliberadamente rechazan la posibilidad de la paternidad a través de anticonceptivos, y en lugar de ser una unión de amor, el sexo con anticonceptivos orienta sus relaciones maritales hacia una relación de mero disfrute, el sexo se convierte en mero placer sin compromiso y responsabilidad. Por eso la apertura a la vida en el acto sexual es una condición indispensable del amor.

0f2fdf4a585180ac919623b42d8c62edEntonces ¿crees que deberían de existir los derechos de la mujer? Yo creo que deberían existir los derechos, el derecho del hombre debe ser el mismo derecho de la mujer, la mujer no necesita más derechos de los que ya están establecidos en la Declaración de Derechos Humanos, necesita que los derechos existentes se hagan cumplir, el derecho a la educación, a la vida, a la familia, al trabajo, a la salud, a la seguridad y a la no discriminación.

Por último te cuestiono, ¿Cuál es el verdadero feminismo para ti? ¿La libertad sexual, los derechos reproductivos? o ¿la libertad a ser madre y no ser discriminada en el trabajo y de tener las mismas oportunidades que el hombre en lo político, económico y social y, el de no tener necesidad de recurrir al aborto porque el Estado me ofrece las mejores oportunidades para ser madre? 9fe25ece7dc1a3f4d610610fb5c10abcHombres y mujeres somos iguales en dignidad y diferentes en el aspecto antropológico y biológico, y es ahí donde debemos enfocarnos, en buscar nuestra complementariedad entre ambos y corresponsabilidad familiar. El feminismo es para todos, el feminismo que nos llama a una igualdad de oportunidades y a respetar la dignidad de hombres y mujeres por igual y a complementarnos en nuestras diferencias. Pero las nuevas ideologías feministas radicales llaman a una eliminación de las diferencias entre hombre y mujer. Papa Francisco dice: “Estamos hechos para escucharnos y ayudarnos unos a otros, lo que significa que son el enriquecimiento reciproco en esta relación- en el pensamiento y en la acción, en los afectos y en el trabajo, también en la fe-los dos pueden si quiera entender hasta el fondo lo que significa ser hombre y mujer”. Las mujeres estamos llamadas para algo más, estamos llamada para la felicidad.

“La belleza de una mujer debe verse en sus ojos, porque esa es la puerta de su corazón, el lugar donde reside el amor. La belleza de una mujer no está en la ropa que usa, la figura que lleva, o la forma en que peina su cabello”.