Tras haber asistido al IX Congreso Mundial de Familias (#WCF9), bajo la premisa de Familia: La promesa empieza conmigo, el cual fue llevado a cabo en Salt Lake City, Utah, puedo hacer un breve resumen de lo aprendido de la siguiente manera:

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Cuál es mi propósito en esta tierra?
Estas deberían de ser las interrogantes que se planteara todo ser humano a lo largo de su vida. Y es que el ser humano, unos más que otros claro está, tiene grabado en su corazón el anhelo de la trascendencia, del descubrimiento de la Verdad y de la Belleza. El ser humano tiene sed de saber quién es y por quién fue creado y para qué.

Independientemente de la misión de cada uno, es imperante reconocer la importancia fundamental del papel de la familia en la vida de todo ser humano, y viceversa.

Todo ser humano debería de, idealmente, nacer y crecer en un núcleo familiar sano y estable. Que esto no se cumpla regularmente no significa que deja de ser lo ideal y más recomendable. Dentro de la familia, a través de la complementariedad de papá y mamá, el ser humano aprende a desarrollarse de manera integral, a través de los valores que le son inculcados por sus padres. Esta cuna de aprendizaje, núcleo básico de la sociedad, le permite a la persona construirse plenamente – aunque no sin algunos tintes de caos e imperfección que tanto caracterizan al ser humano – con base en fundamentos afectivos ordenados,  que debiera aprender dentro de su hogar.

El ser humano se construye dentro de la familia, se prepara. Porque es dentro de dicha institución donde se le debieran brindar todas las herramientas necesarias para poder cumplir su rol social dentro de la sociedad, de manera plena. Dentro de la familia se está formando al futuro presidente, ministro, doctor, abogado, maestro, financista, adminsitrador, etc., pero sobre todo al futuro padre de familia. Evidentemente, es un círculo vicioso.

Defender, promover y fortalecer la familia, es deber de todo ciudadano interesado en fortalecer a las naciones del mundo. Ya sea dentro del ámbito social, legal, educativo, estatal, activista o sencillamente desde dentro del ámbit familiar, el ser humano, ciudadano del mundo, está llamado a pelear la batalla por la familia, esfera social imprescindible para el correcto funcionamiento de la vida en este planeta.