En anteriores artículos he mencionado la “cultura del ahora” como un problema para la sociedad, sin apuntar más detalles sobre el término. Es un tema lo suficientemente complejo como para dedicarle un artículo completo, por lo que aquí está su significado y sus implicaciones en los tiempos actuales.
¿Qué es la “cultura del ahora”?
La “cultura del ahora” no es una invención propia, es una idea que lleva circulando por diferentes foros, blogs y periódicos por lo menos una década. Esta concepción de la sociedad entiende que el individuo, en un mundo digitalizado y con conexión permanente a las redes sociales, busca y entiende todo lo que hace en función de la gratificación instantánea. Es decir, que no hay acciones que vayan encaminadas al largo plazo.
Esta breve descripción permite entender la presencia de estas actitudes en el comportamiento de las personas en internet: los retos, los videos virales, la exposición constante y la forma de consumir contenido: todo es corto, efímero y olvidable. Toda la interacción que se produce es en busca de la felicidad momentánea y rápida que se produce cuando recibimos un “like” o nos comentan una publicación.
El peligro tras un “Carpe Diem” mal entendido
Esta forma de vivir en la red se traslada también a nuestro comportamiento fuera de ella. Las parejas estables son sustituidas por “relaciones abiertas” y encuentros casuales. El compromiso es rechazado y por eso se prolonga el libertinaje sexual, antes circunscrito a la adolescencia, a la veintena y a la treintena. La eterna juventud en la que está sumida una gran parte de la población lleva a la inmadurez permanente y la incapacidad de ser adultos funcionales. Si algo no nos gusta, pedimos que lo cancelen porque no tenemos la fortaleza mental que se nos presupone para afrontarlo. Y como la vida terrenal resulta un golpe tras otro, nos refugiamos en la red, buscando esa aprobación que nos hace adictos a la felicidad en pantallas.
El mal ya hecho
Si se vive en la “cultura del ahora”, no se busca tener pareja ni niños, porque es algo para el largo plazo y no es instantáneo. No hay matrimonios y no hay partos y como somos adolescentes dos décadas de más, el momento de lucidez llegará muy tarde, muriendo una generación (los que deberían nacer ahora) por el camino. Pero ya habremos entregado una vida al “ahora”: a Instagram, a Tinder, a Tiktok, a Onlyfans y a todo lo que tiene un perfil y no una persona. Ahora está destruyendo la sociedad.