¿El piropo más sublime a los oídos de la Dulce Virgen María?

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús (…)

Fueron estas las palabras que el Ángel Gabriel le obsequió a María en el día de la anunciación al fin de hacerle saber que sería la madre del Hijo de Dios.

De esta manera, comprendemos que son doblemente encantadoras las palabras de San Juan María Vianney:

“Claro que Dios podría hacer un mundo más bello que éste; pero no sería más bello si en él faltara María.”

¡Y es que es así!, fue el “fiat” de María la pincelada que trajo belleza y color al mundo.

¡María, Estrella de la Mañana! Quería regalarte unas palabras de fuego, puede que no sean las más lindas, pero son las que me salieron del corazón al pensar tu nombre…

Dulcísima Virgen María: Me Basta La Luz De Tu Mirada

Al mirar el mar en tus ojos,

encontré la eternidad del cielo.

Son tus celestes luceros,

las puertas de mi consuelo.

Caen lágrimas de alegría,

del manantial de tu mirada.

Con una caricia las hago mías,

y purificado quedo, por el agua sagrada.

¡Bendita sea la luz que me ilumina!

dos estrellas tiritan en esta noche fría.

Es tu brillo en la oscuridad prístina,

una antorcha de fuego llamada día.

¡Por fin mi alma en paz descansa!

encontró en tu sonrisa el divino perdón.

Es la luz de tus ojos mi esperanza,

y la dulzura de tus lágrimas mi bendición.

– 8 de Septiembre: Natividad de la Santísima Virgen María –