Seguramente todo comenzó con una simple pregunta: ¿Qué tiene de malo mirar mujeres desnudas? Si no le hago mal a nadie… Y una noche la curiosidad te venció, bastó un click para que decenas de imágenes pornográficas quedasen grabadas en tus retinas. Después de haber satisfecho tu apetito sexual, la vergüenza invadió tu corazón, en tu interior sabías que mirar pornografía no era lo correcto. ¡Te diste cuenta que eso era caer muy bajo! ¡Y que esa chica que te gustaba desde el primer año del colegio jamás podría ocupar el lugar de esas mujeres que regalan sus cuerpos!. Por el simple motivo de que a ella “la querías bien”.
La falacia de: “Todos lo hacen”.
Pasado un tiempo, mientras descubrías nuevos horizontes y construías nuevas amistades, observabas fervientemente que la cultura de la sexualidad light se manifestaba por todas partes, en la televisión, en las calles, y sobre todo, escuchabas que en las conversaciones entre amigos mirar imágenes obscenas parecía ser algo normal. De esta manera, te convenciste de que eso era lo más común del mundo, porque obviamente, no querías ser el chico “raro” del curso, no querías quedar afuera de la moda. Paulatinamente, sin darte cuenta, la pornografía se fue convirtiendo en algo de todos los días. Una pobre película de fotografías impúdicas que ya no daba vergüenza mirar…
La pornografía es una mentira…
¡Es un engaño que destruye nuestra visión humana de la sexualidad! El mercado del porno necesita crecer, por eso seduce a los jóvenes con mensajes atractivos como: ¡Los machos son los que tienen sexo! ¡Las chicas esperan eso de los hombres! ¡Mientras más chicas tengas a tu alcance más hombre serás!. El mundo del porno muestra como normal un “sexo eminentemente bizarro”, un acto violento en el que sus protagonistas se tratan como objetos en busca del mero placer, en otras palabras, un sexo sin emociones ni sentimientos en el que sus víctimas son títeres desnudos que actúan ante el óptico de una cámara para estimular los deseos sexuales del público. La industria del porno te toma por tonto y desea entretenerte en sus redes con fotos y videos de personas “copulando”. Se burlan de vos y te hacen creer que: ¡tener sexo es como auto-excitarse al frente de una pantalla! (Perdón por la expresión).
Las chicas no son tontas…
Talvez nunca te pusiste a pensarlo pero las chicas saben que cuando te comportas instintivamente (característica propia de los animales) es porque algo marcha mal. ¡Y es que el consumo de pornografía crea comportamientos similares a los representados en las imágenes!, conductas que esconden resabios de violencia. Me animaría a decir que el porno te convierte en una “pequeña bestia”. De pronto, no podes mirar a una chica sin desnudarla con tus pensamientos, los ojos se te van a otras órbitas, y lo único que atrae tu atención del cuerpo de una mujer son los pechos y las caderas, la belleza del rostro femenino se desvanece en el deseo del placer. Del mismo modo, ¡también las manos se te van de control!, en vez de usarlas para acariciar y mostrar el cariño viril de un varón, las utilizas como verdaderas garras que buscan carne dónde agarrar. ¿Y los besos? no son más que un medio para llegar al éxtasis, un mero intercambio de saliva ajeno de toda muestra de ternura. La pura verdad es que la pornografía hace añicos al amor.
Crea un estereotipo de mujer…
La pornografía crea un estereotipo de mujer ajeno a toda realidad. La mujer es concebida como un ente que posee atributos físicos “destacados”, ¡pechos exuberantes! ¡y caderas armoniosas!, ¡es la imagen de mujer objeto que venden los medios masivos de comunicación! Una mujer que “funcione” a la perfección para alimentar el ávido deseo por el sexo. En este mismo sentido, la pornografía no te enseña que la figura más perfecta de una mujer: es la imagen de una madre. ¡No te enseña que una chica es una mamá en potencia!. Por ejemplo, no te enseña que una mujer tiene pechos para poder amamantar a su bebé, y que tiene caderas para poder darlo a luz. Pero sobre todas las cosas, si hay algo que la pornografía no te enseña, es que: la mujer es una persona a la que podes amar.
No dejes que te roben la Intimidad…
Te habrás dado cuenta que hay mucha gente que quiere robarte el tesoro de tu intimidad!. Saben que sos joven y que corre pólvora por tu flujo sanguíneo. Por eso, anhelan aprovecharse de tu situación sin otro interés que hacer de vos un esclavo de la pornografía. ¡No lo permitas!. No permitas que otras personas te digan cómo vivir la sexualidad, ¡no te introduzcas en luchas que están perdidas antes de que comenzar a batallarlas!. Más bien, ¡entrénate para vivir una sexualidad sana que sea el camino hacia un amor verdadero!, ¡aunque eso signifique esperar a que los frutos maduren!… Es sabido que el tiempo es el sol que hace a los frutos sabrosos.
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