Ser madre y criar a un hijo (o varios) es la labor más bella y valiosa que una mujer podría desempeñar en su vida, pero el mundo actual le dice a las mujeres lo contrario, en especial a las jóvenes. Los ideales que el mundo ha impuesto y las ideologías erróneas se han encargado de hacer ver el deseo de tener hijos como algo malo o de lo que sentir vergüenza.

Ahora el enfoque es ser profesional y trabajar para tener dinero, vivir con tu pareja sin tener hijos, o no tener pareja, ser “exitoso”, ser famoso, etc. Pero ¿qué estándar tenemos para medir el éxito de la vida de cualquier persona? ¿la cantidad de dinero acumulado? ¿el puesto en su empresa? ¿la cantidad de hijos? ¿la casa en que vive?.

He visto cómo la maternidad ha perdido valor para la sociedad y para las mujeres especialmente, y sea cual sea la causa, es necesario recordar que la maternidad es más importante de lo que pensamos, es una de las bases de una nación y es parte del diseño de la mujer. La maternidad es lo único que garantiza nuestra existencia como especie humana, y de la reproducción depende nuestra perpetuidad en esta tierra.

El progreso de una nación no solo depende de lo que haga el gobierno y las leyes que se aprueben, sino que empieza en el hogar, y son los padres los principales encargados de formar a los niños que luego serán adultos. Es un gran privilegio para una mujer ser parte de la formación del futuro, impartiendo principios y enseñanzas a la siguiente generación por medio de ser madre. Y es una labor difícil y llena de sacrificios, pero también llena de aprendizajes y de tiernos momentos para recordar, además de que luego se pueden apreciar los frutos viendo a ese hijo bien establecido, al que valió la pena instruir.

Todo el proceso que conlleva que se cree un nuevo ser humano dentro de una mujer es un hermoso milagro digno de apreciar. Los hombres y mujeres fueron diseñados con capacidades y roles distintos, y el afán de las mujeres por hacerse iguales a los hombres en muchos aspectos, le ha dado a la maternidad la apariencia más de un estorbo que de un privilegio. Pero reconocer la verdad de que la maternidad es parte del diseño de Dios para la mujer nos recuerda que lo que Dios creó es bueno y nos ayuda a verla desde la perspectiva correcta, recordando el mandato dado en Génesis 1:28, “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla […]”.

A pesar de todo esto parece más importante primero ejercer otras labores y disfrutar la vida, como si cuidar de otro ser humano que apenas llega al mundo fuera a impedir ese disfrute. Además, muchas veces querer esperar al momento perfecto para ser madre lo hará más difícil, porque el cuerpo femenino pierde con la edad la fertilidad, y los procesos de fertilidad asistida son costosos.

Volviendo al punto inicial, no digo que el éxito de una mujer pueda medirse por haber tenido hijos o no, hay circunstancias y llamados diferentes. Pero a lo que quiero llegar es al reconocimiento de la maternidad como un llamado valioso y hermoso que no debe ser menospreciado como parte del proyecto de vida de una mujer.

 

Bibliografía:

https://blog.planm.com/maternidad-a-los-30-o-40-anos-un-experto-resuelve-nuestras-dudas

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