La objeción de conciencia, en su acepción general, puede definirse como la negativa de una persona a acatar una disposición que considere contraria a sus principios morales o religiosos. Por lo general se manifiesta a través de un “dejar de hacer” por parte de una persona más que en un “hacer”. Los antecedentes de esta figura se pueden remontar a Sócrates, quién se negó a obedecer un mandato de la autoridad que él consideraba injusto incluso cuando esto lo llevó a su muerte. La Biblia también muestra el ejercicio de la objeción de conciencia cuando los Macabeos y más adelante los apóstoles de Jesús se niegan a acatar las disposiciones de las autoridades manifestando el “deber de obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).

En la actualidad la objeción de conciencia, por ejemplo, se practica por aquellos individuos que se rehúsan a prestar servicio militar en los países en donde es obligatorio y por los testigos de Jehová que se abstienen de rendir honores a banderas y símbolos nacionales por considerarlo contrario a los preceptos bíblicos.

Hay una forma de ejercer la objeción de conciencia que es cada vez más polémica, esta es la objeción de conciencia del personal médico al negarse a practicar un aborto, incluso en las entidades en donde este está despenalizado. Además de ponerse en juego la libertad religiosa y de creencias morales, esta situación es delicada porque se pone en juego el valor de la vida humana. Más allá de una desobediencia civil, el personal médico opta por proteger la vida de la persona por nacer, hecho que en muchos países genera incluso una pena privativa de la libertad para el opositor.

Los grupos pro-aborto se oponen a la objeción de conciencia por querer demostrar que nada, ni siquiera las convicciones de un médico, se pueden interponer al aborto “libre y gratuito”. Es decir, por buscar un simple posicionamiento político olvidan la maravillosa capacidad humana de desarrollar y defender ideales, convicciones y valores personales al defender la vida.

Es por ello que el derecho a la objeción de conciencia debe ser protegido sin restricciones o condicionantes para salvaguardar la libertad religiosa, la ética profesional y más aún, la vida misma.

 

Para conocer más, la conmovedora historia que cuenta la madre de Cristiano Ronaldo, cuya vida existe gracias a la objeción de conciencia de un médico:

http://www.larazon.es/portada/quise-abortar-a-ronaldo-pero-el-medico-no-me-dejo-confiesa-su-madre-BL6937175