El mes pasado pude asistir a un evento convocado por la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala y el Fondo de Población de Naciones Unidas en donde se presentaron los avances en el cumplimiento de la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”. Se abordaron diferentes temas como: el marco legal nacional e internacional de los derechos sexuales y reproductivos, los embarazos en adolescentes y las instituciones que trabajan el tema de educación sexual. Dentro de las exposiciones me llamó mucho la atención la intervención de una mujer que contó que en la escuela de su hija había llegado el Ministerio de educación a dar una charla de educación sexual en la cual se les enseñó a los adolescentes sobre la abstinencia como la práctica más importante para prevenir problemas como los embarazos y el VIH/Sida. En la intervención de esta persona se criticó y ridiculizó la abstinencia, alegando que es retrógrado y conservador que en nuestro país aún enseñen estos temas en educación sexual. Precisamente una de las personas que me acompañaba cuestionó este comentario que se hizo sobre la abstinencia,  ya todos sabemos que esta es la única manera 100% segura de evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Hoy en día, se considera que nosotros los jóvenes ya no somos capaces de usar la razón y la voluntad para tomar decisiones. Creen que somos solo hormonas sin neuronas, incapaces de abstenernos a tener relaciones sexuales, incapaces de controlar nuestros instintos. Por estas razones  la educación sexual “integral” es básicamente enseñanza sobre la genitalidad, educación para usar condones y tomar pastillas anticonceptivas. La educación en la afectividad quedó fuera del contenido y ya no se ve a la persona de manera integral (física, espiritual, mental y emocional) sino únicamente se considera importante el aspecto físico de la persona.

Estoy convencida que si les preguntamos a los jóvenes qué es lo que quieren aprender en temas de sexualidad, la respuesta será sorprendente para todos. Los jóvenes queremos aprender a como tener relaciones maduras, cómo llevar un buen noviazgo, entender las diferencias entre los hombres y las mujeres, sobre cómo aprender a estar solteros. Básicamente queremos educación en la afectividad, educación en el amor. Claro, el tema biológico en la sexualidad es importante conocerlo, pues es parte de nuestra naturaleza como seres humanos. Sin embargo, las personas no solo somos un cuerpo, también somos alma y espíritu lo cual nos lleva a querer conocer más allá de lo meramente físico.

Creo firmemente que si se educa en valores y virtudes, especialmente si se educa en el amor, las personas realmente se respetarían a ellas mismas y respetarían la dignidad de su prójimo evitando así tener que hablar después de temas como embarazos en adolescentes, sida, aborto, etc. Esto sería verdaderamente “prevenir con educación”.