En las pasadas elecciones del 30 de octubre, el candidato de la izquierda, Lula da Silva, salido de prisión tras cumplir apenas 19 meses de los 12 años a los que fue condenado por corrupción, fue nuevamente elegido presidente de Brasil. El Partido de los Trabajadores (PT) vuelve de nuevo al poder tras los 4 años de gobierno de Jair Bolsonaro.

Los políticos muestran su afecto a da Silva

Tras la victoria del candidato socialista, diferentes mandatarios han mostrado su entusiasmo por redes sociales. Las felicitaciones han estado en su mayoría cargadas de ideología o de líneas políticas que se esperan de Brasil en los próximos 4 años. De tal forma, mientras algunos han hablado casi en exclusiva del medio-ambiente, como los primeros ministros de Canadá y Alemania, otros han hablado de la igualdad y la unidad. En este grupo están el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el español Pedro Sanchez o el peruano Pedro Castillo. Sin embargo, lejos de las redes sociales y el pesimismo, ¿Qué se puede esperar de los próximos 4 años de Brasil bajo el gobierno de Lula da Silva?

América Latina vuelve a teñirse de rojo

Tras cuatro años de pausa, las dos mayores economías de América Latina, México y Brasil, vuelven a estar en manos de gobiernos socialistas. Esto revierte la tendencia que se había experimentado en la segunda mitad de la década pasada, cuando una serie de gabinetes conservadores llegaron al poder en hispanoamérica.

Aunque algunas candidaturas como la de Javier Milei en Argentina invitan al optimismo, por el momento no se puede decir que se espere un equilibrio de fuerzas a corto plazo.

Poder Institucional

Durante el gobierno de Jair Bolsonaro, grandes instituciones del país como sindicatos y empresas públicas han hecho campaña por Lula da Silva. El mandatario, que ha estado prácticamente toda la legislatura entre tribunales y prisión, ha encontrado el apoyo de los grupos que financió mediante dinero público durante los mandatos de su partido.

Estas agrupaciones, con vínculos con el régimen cubano, han utilizado tácticas de desestabilización y caos similares a las practicadas en Bolivia por las hordas del depuesto Evo Morales.

Aunque Jair Bolsonaro ha sido el presidente de la república durante estos últimos cuatro años, lo cierto es que colectivos de gran poder como el lobby educativo y medios de comunicación internacionales han hecho todo lo posible por la vuelta del condenado por corrupción. Ahora con su vuelta, todos los grandes poderes en Brasil vuelven a estar al servicio de la causa ideológica de la izquierda, por lo que será más difícil encontrar voces disidentes con este pensamiento.

Retroceso

Por los temas hablados en la campaña y en las felicitaciones recibidas, se puede esperar que vuelvan esas políticas que se vivieron en la primera década del siglo XX: expropiaciones y otros atentados a la propiedad privada, ataques a la vida de los no natos, promoción de la violencia política al estilo del foro Sao-Paulo y retroceso en general en las libertades de todo aquel que no comulgue con las ideas socialistas.

En este caso, aparte de la igualdad y la soberanía, se usarán como “late motivs” el cambio climático y la equidad.

Sin embargo, lo más preocupante puede que sea la posibilidad de que este poder se apuntale en todos los estratos de la sociedad, impidiendo por vías democráticas la vuelta al poder de cualquier fuerza no socialista, de manera similar a lo ocurrido hace más de una década en Venezuela.